La vivienda constituye un sector líder para el progreso de un país. Su expansión genera un efecto multiplicador sobre la demanda de otros bienes y servicios, crea empleo y satisface una de las principales necesidades básicas de la población. Por estas razones, la construcción de vivienda es utilizada como estrategia contra-cíclica en la recesión. Desconocer la importancia del sector lleva a que su desempeño se torne pro-cíclico, magnificando el impacto negativo de las crisis.
Consciente de la importancia del sector como motor de reactivación en el corto plazo y como generador de desarrollo en el largo plazo, el Gobierno adoptó la propuesta de Asobancaria de establecer un subsidio a la tasa de interés sobre los créditos hipotecarios. Su adopción frenó la caída la construcción, la financiación y las ventas de vivienda, que estaba afectando al sector a comienzos del año. Eliminar el subsidio a mediados del próximo año resultaría contraproducente si la economía no hubiera consolidado su recuperación en esa fecha.
La política de vivienda debe ser integral para transmitir todo su potencial dinamizador al resto de la economía y para lograr minimizar los costos de su contribución al bienestar de la población. La situación que atraviesa hoy el sector podría calificarse como de equilibrio sub-óptimo y de baja capacidad de crecimiento. Para lograr en el largo plazo un equilibrio óptimo se requiere una política integral. Su propósito deber ser eliminar el déficit –tanto cuantitativo como cualitativo- de vivienda. Para lograrlo, hay que atacar la informalidad, reduciendo los costos para la construcción de vivienda formal -particularmente los regulatorios- y aumentando los subsidios para adquirirla. También es menester utilizar eficientemente el suelo disponible mediante proyectos económica y financieramente viables, como los macro-proyectos. Para reducir los costos de la financiación debe continuar la titularización de la cartera hipotecaria, mantenerse las exenciones tributarias para la titularización y para la generación de cartera de vivienda de interés social y de leasing habitacional y aligerar los trámites requeridos para la recuperación de la cartera vencida. Finalmente, la educación financiera brindará en el futuro herramientas a las familias para comparar las diferentes alternativas de vivienda ofrecidas por el mercado, para planear sus decisiones de ahorro y para asignarlo eficientemente.