Tradicionalmente en Colombia el sector de la construcción ha sido materia de políticas públicas especiales en épocas de crisis por sus efectos directos e indirectos sobre el empleo y el crecimiento de la economía. En la coyuntura actual, el Gobierno expidió una serie de medidas anti-cíclicas que buscan estimular la demanda por construcción y financiación de vivienda a través de un subsidio a la tasa de interés de los créditos y de un aumento temporal de los subsisdios asignados por las Cajas de Compensación Familar a las familias de ingresos inferiores a dos salarios mínimos, política que ha tenido buena acogida por parte de los compradores, constructores, financiadores y demás agentes del mercado.
Teniendo en cuenta que el modelo de construcción vigente en Colombia implica preventas, esta estadística se constituye en el principal indicador para evaluar los resultados sectoriales. Estas crecieron entre abril –mes de expedición de las medidasy julio de 2009 en 75% para la vivienda de interés social (VIS) y 50% para la No VIS, frente al cuatrimestre inmediatamente anterior (diciembre de 2008 – marzo de 2009).
Sin embargo, debido al rezago entre las ventas y las licencias de construcción, la cifra acumulada anual de esta última variable todavía refleja el ciclo decreciente del año pasado. Es de esperar que, en la medida en que los nuevos subsidios han reducido los tiempos de venta de los proyectos, el rezago tenderá a ser menor, por lo que se prevé que las licencias empiecen a mostrar un cambio en la tendencia a partir de enero de 2010.
Al margen de estos buenos resultados, en Colombia queda mucho camino por recorrer en términos de la política de vivienda. La penetración de la financiación de vivienda no sólo ha descendido de niveles de 12% en 1999 a 4.5% en la actualidad, sino que es baja aún frente a países de ingreso similar.