Con la mejora en las perspectivas de recuperación de la economía mundial y el optimismo prevaleciente en los mercados financieros internacionales, ha surgido el riesgo de un recrudecimiento de la inflación alrededor del mundo en el mediano plazo. La magnitud sin precedentes de los estímulos monetarios y fiscales en las economías más avanzadas, junto con la necesidad de sostenerlos por largos períodos, han activado el peligro de que la correspondiente expansión de los medios de pago y la tentación de monetizar los déficits fiscales crecientes, se transmitan al incremento de los precios tan pronto como las economías se encaminen nuevamente hacia su tasas de crecimiento potencial. El rebote en los mercados financieros, a su vez, puede inflar nuevamente una burbuja en los mercados de materias primas, que derive en un choque adverso de oferta.
Para anclar las expectativas inflacionarias, reforzar la confianza en la sostenibilidad fiscal y moderar los efectos nocivos de la inclinación reciente de las curvas de rendimiento, debida a la conciencia sobre los nuevos peligros, las autoridades enfrentan el desafío de establecer claramente los mecanismos de retiro de los estímulos y el reto de hacerlo oportunamente. En el caso de no lograrlo, peligra la posibilidad de una recuperación sostenida.
En Colombia el riesgo de un recrudecimiento de la inflación por una exagerada expansión de los medios de pago, o por la tentación de monetizar los déficits públicos parece menor que en las economías avanzadas. El peligro de enfrentar un choque adverso de costos por una inflación de materias primas es el mismo que en ellas. La inclinación al alza de las expectativas de inflación de largo plazo, si resulta persistente, puede conducir en el futuro a un cambio en la postura monetaria.