La sofisticación y mayor competencia de los mercados financieros han obligado a los agentes a buscar nuevas estrategias de inversión y de cobertura, entre las que se encuentran los derivados negociados OTC, diseñados para satisfacer necesidades específicas.
Los productos derivados juegan un papel fundamental en la economía como mecanismos de cobertura ante los riesgos originados en las variaciones del tipo de cambio, las tasas de interés, y en general de los precios de activos reales o financieros.
A nivel internacional estos instrumentos han sido de gran ayuda al sector productivo para reducir la incertidumbre de la actividad empresarial y transferir adecuadamente los riesgos en la economía. Para que desempeñen una función positiva, requieren de un adecuado marco normativo y legal, de una supervisión estrecha por parte de las autoridades, de mecanismos de información transparente a los mercados y del desarrollo de una infraestructura que minimice sus riesgos y agilice el cumplimiento de las obligaciones contractuales.